Relato corto, "Una noche".
Cierro los ojos y recuerdo el frío en mi rostro, la chaqueta de mezclilla me mantiene caliente con su forro y puedo acariciar los bordes de los bolsillos mientras espero, estoy de vuelta en una de esas ocasiones en donde sentir miedo es casi una regla. Pasan muchas situaciones por mi mente, desde robos, altercados, accidentes, secuestros, violaciones y así siguen transcurriendo una tras de otra, mientras veo las luces del tráfico acercarse y alejarse rápido. Estoy esperando el autobús en la parada, al comienzo solo soy yo, pero conforme pasan los minutos se suman más personas, algunas en grupos, otras en parejas y unas cuantas más sencillamente acuden en soledad, cada una me sobresalta el corazón. Todo parece normal nos miramos con cautela y guardamos cierta distancia, es una espera como cualquiera, salvo que el corazón sigue atento, los reflejos listos para actuar y los dedos acariciando las llaves atravesó de la tela, siento el frío metal ya caliente por el tiempo que lo he sostenido. Una luz va directa a nosotros y me tiemblan las piernas, es tan imperceptible que bien podría achacarlo al frío de la noche, alzo el brazo y se detiene. Espero hasta asegurarme que es el camión indicado, todos comienzan a subir mientras observo el número y veo que en efecto ese es el que me llevaría a casa, suspiro con suavidad y me dispongo a abordar. Es solo una noche más, me siento a disfrutar de las luces de navidad en las calles, es precioso, mis miedos se disuelven un poco, pero sigo alerta, sé que no estaré segura hasta llegar a casa, al menos ya no me encuentro ahí en la calle sola entre la multitud.
Abro los ojos y vuelvo al presente, estoy en mi oficina, sé que ese recuerdo vivirá siempre dentro de mí, como todos los demás, esperando el instante en que me sean de utilidad sus emociones o fragmentos específicos para el trabajo. Bebo un sorbo de café y pienso en lo frustrante que es manejar una carrera como la mía en total independencia, por momentos me pregunto por qué no volver a lo que fui y luego con una amplia sonrisa lo sé, amo cada instante hasta esos malos donde veo que mis libros no se venden o nadie parece interesarse. Es solo un día más, como lo fue aquel esperando un autobús, otros tantos con miedos y hasta unos con tanta alegría que casi derrame lágrimas.
Un día a la vez, me repito y vuelvo al trabajo.
Esta historia esta inspirada en lo que me sucede cuando escribo, esos momentos en los que recuerdo algo y lo siento tan nítido.
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